miércoles, 25 de abril de 2012

Colores


Tranquila, es una alucinación normal, me dijo. Yo juraba haber visto pequeñas luciérnagas alrededor de mi cama, luciérnagas de colores. Este es el medicamento, con la dosis apropiada estarás bien. Yo no quería dejar a las luciérnagas, tan bonitas. Apenas llego a mi cama, parpadeo, y están de nuevo ahí. A veces les pongo música y bailan, juegan a ser árboles, pájaros, nubes, hasta el día que se les ocurrió jugar a ser ceniza. ¿Qué se hace con la ceniza? La coloqué en un pequeño frasco, seguramente, a las luciérnagas les gustan los horizontes abiertos. Caminé hasta el punto más alto que encontré, abrí el frasco y salieron de nuevo las luciérnagas volando, me llevaron volando, yo también era una luciérnaga, yo también era de colores. Volamos toda la noche, hasta que dejé dejé de sentir el roce del viento, dejé de sentir el peso de mi vida. 
Desperté, me vi en el espejo y supe que las luciérnagas seguían conmigo, bonito disfraz el que me dejaron, espero que a las personas no les moleste reflejarse en mis colores.