sábado, 12 de octubre de 2013

Clavado


Frente al agua fría
las ansias devoran mi piel
el desasosiego del mundo 
                                           pesa
                                                    duele
                                                              asfixia                                                                 
                                                                          mi energía 

El tiempo consume mis deseos
la vida es tan intensa
a cada momento, un charco
oscuro, de aguas turbias
contempla mis indecisiones.

Contengo la respiración
el último instante se acerca
las aguas claman por mí,
por inundarme la piel 
de su viscosidad y espesura
dejarme fría y paralizada.

Debo nadar
con las ansias comiéndome las manos
con el desasosiego del mundo destruyéndome.

Acaso logre llegar al otro lado,

                                                 acaso las tinieblas estén en mis ojos

                                                                                                     y el agua que me espera es cristalina. 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La mañana, el café y la nada


Tazas de café 
quemadas por la madrugada,
rastros de sueños robados
evaporándose. 

El smog 
     dibuja los ojos cansados
                                   de una ciudad
                                                      en busca de luz.

Es hora de estrenar un nuevo miedo,
tantas lágrimas esperando por nosotros
en la próxima avenida, en la puerta de al lado...

Apenas puedo con mi tristeza,
apenas logro avanzar hacia la nada.
     
Esta taza de café
esta única certeza.

jueves, 8 de agosto de 2013

Blackout


                                                              (kilos y kilos de soledad no serán significativos
                                                                                     da lo mismo dejarme caer acá que intentar
                                                                                                         ser
                                                                                                                algo
                                                                                                                        más)

No voy a trabajar en organizaciones con fines de beneficencia,
no voy a ser esa estrella que deslumbre por sus virtudes,
ni la joven modelo de instituciones zombies.

Sólo estaré en cama pensando,
conjugando el verbo haber en sus más ínfimas posibilidades
acaso sea la única palabra que me quede
después de sucumbir ante el mundo infalible.

No estoy tan sola ni tan ebria
como para sentir mi vida en su total decadencia,
todavía puedo maquillarme y fingir,
ponerme aquél vestido bonito y caminar
con la mirada fija y la espalda erguida...                         
 
                                                               (alguien tomará los tacones vacíos por mí
                                                                mientras recita versos alejandrinos
                                                                en completa armonía con la naturaleza)
                                                                
He perdido el encanto y la dulzura
de improvisar a cada instante 
y emanar juventud como quien es una aurora
con un único momento para estallar 
y esparcir chispas por el resto de mis días.

Ya no me quedan suficientes colores,
esta es mi oscuridad y la disfruto,
esta es la poca verdad que me queda,
el justo equipaje para andar
por mis propios senderos
en silencio.

martes, 23 de julio de 2013

Tratado sobre la iluminación

Le debo a una conversación sobre triángulos y un concierto de Amy Winehouse la explosión de mi estado mánico. Una felicidad abrumadora (overwhelming). No sé, tengo impulsos para salir a correr, para hacer treinta y dos fouettés, para ir a comerme una pizza yo sola... En este momento podría conquistar mi mundo. En este momento podría explayar mi éxtasis en todo el viento que me rodea, aún en esta habitación cuadrada. Y como soy feliz, escribo. Estoy solitariamente feliz. Somos la pantalla del ordenador y yo nada más en el mundo. 

Acabo de escapar del agujero negro, les manda saludos. El agujero negro estuvo conmigo durante mucho tiempo (yo no estuve dentro de él, fue una fusión extraña [posiblemente la cópula más turbia que haya tenido {sólo dimos a luz tristeza y desolación} y que tendré], tan extraña que no podía distinguirse la oscuridad de mi). 

Hoy puedo dar testimonio de mi felicidad, voy a marcarlo como fecha histórica. Hay muchas razones para desmoronarse allá fuera, más que agujeros negros. No sé exactamente qué, pero las hay. Por el momento, voy a anclarme acá, a descansar de ser náufraga entre espacios vacíos. El vacío no es malo, pero esta vez estaba medio lleno de tinieblas. Creo que también ayudó ver esa película nuevamente, esa película me incendia, me revitaliza. Dice la crítica que no es tan buena como pudo haber sido, pero a mí que me importa. Es un contacto con los deseos más reprimidos, es llegar al corazón más que un caramelo a una niña. Ahora que lo recuerdo, hoy también comí chocolate después de haber estado enferma del estómago. El chocolate se extraña, las endorfinas lo resienten, mucho. 

Disfruto el delirio ebrio de Amy, lo disfruto como si fuera mío [porque es mío]. 

No sé qué hice para por fin desprenderme de la oscuridad. No sé exactamente qué pasó. Lo que he dicho son puras trivialidades, me gustaría pensar que se trata de una fuerza más intensa (ya sé que también puede ser el desfase del equilibrio químico, pero si voy a hablar de átomos mejor hablo de agujeros negros). Hoy siento que mi prosa es fluida, hoy siento que no tengo que fingir que escribo, que no tengo que exprimirme las entrañas hasta que por fin brote una oración decente. Hace poco también me topé con un cuento y hoy con un poema que me dejaron helada. 

En fin, podría seguir enumerando causas, como si esto fuera un asunto lineal. Pero no. Ni ustedes, ni nosotros ni yo sabemos en qué tipo de universo vivimos, no me jodan. Es sólo que tenemos demasiado lavado el cerebro, ese es el principal y único problema, que necesitamos lavarnos el cerebro para soportar vivir con todos los que estamos (excepto cuando sucede la casualidad milagrosa de encontrar alguien con quien podemos estar con el cerebro sucio, y existe, y pasa, y podría escribir un cuento de hadas al respecto).

Hoy tengo luz propia, hoy no tengo que andársela robando a nadie más. Hoy me basta con lo que soy y con lo que he hecho. Y  no puedo dejar que esta epifanía se esfume bajo la almohada. 

viernes, 28 de junio de 2013

Agonía





Voy a desechar mis utopías.
Acá, ya no importa
si alguna vez tuve un deseo.

Soy otro títere bailando
entre la lluvia sorda
una melodía que no escucho. 

El horizonte se desdibuja
con las últimas gotas del día
apenas es la fantasía
de mis sueños mutilados.

Apenas existe el mundo
que yo conozco, el que puedo
dibujar en trozos de papel reciclado.

Voy a cerrar la ventana
y a huir entre las sábanas
que el sol nunca me encuentre. 







jueves, 20 de junio de 2013

Refugio

Voy a pasar el tiempo aquí,
donde la única bestia
es esa criatura tóxica
que mira desde el espejo. 



viernes, 17 de mayo de 2013

La eternidad no existe


La eternidad no existe, eso dice el reloj.
Y lo veo acariciar los números de cada segundo.
Cierro los ojos.
El reloj puede seguir el curso del tiempo,
Yo puedo seguir soñando con su destrucción.

domingo, 5 de mayo de 2013

Discurso del ego


Escribo sobre mis propios escombros. A veces solamente hay residuos y basura que, de alguna manera, intento transformar en algo legible. No necesito condiciones de laboratorio para escribir. No podría tener absoluto control sobre las variables, ni siquiera sabría si alguna es realmente independiente.  Tal vez tendría yo que aprender a ser totalmente independiente y controlar...

Controlar, por ejemplo, qué decir y qué hacer en las situaciones apropiadas. Controlar ideas, sueños, dudas... palabras. Cada vez que siento un impulso fuerte escribo, configuro mi pequeño mundo hasta esclarecer alguna ruta, algún referente para responder a la razón de mi existencia. Y así, puedo ir quitándome la rutina de encima, esa pequeña joroba que se me forma en los pensamientos por hacer y decir siempre lo mismo. 

Y en algún momento de mis meditaciones tengo que pensar en los demás, que mi vida no es un ejemplo a seguir si de solidaridad se trata. A veces pienso en el infierno y nada, ya lo siento existir dentro de mi. Y sé que las cifras de desigualdad, de pobreza, de hambre, de muerte son peor que cualquier vaticinio del apocalipsis. Y sé que los productos que consumo no son biodegradables, y están elaborados por trabajadores sin derechos. Pero todo esto es parte de un monstruo al que yo no puedo domar. Un monstruo en el que vivimos todos y que vive dentro de cada uno de nosotros. Pero estoy hablando en primera persona, y sí, el monstruo vive dentro de mí, pero eso no quiere decir que yo sea el monstruo ¿o si?

Esto es lo que pasa cada vez que pretendo huir de mi ordenada vida, termino imaginándome bestias indomables sin música para acompañarme. Tal vez debería dejar que la alienación me consuma y ceñirme a mi vida normal, cumplir con lo que se me exige, que ya es mucho. Entre otras cosas, se me exige repetir el discurso diario de una estudiante universitaria. Que las clases van bien, gracias, que no he perdido ninguna. Que me dejan muchas tareas y que sí, soy de los jóvenes que van a cambiar Guatemala. 

Pues yo me cambio la ropa todos los días y no entiendo como es que esto de los cambios es beneficioso. Porque, según entiendo, un cambio implica que el ente cambiante sea, en esencia, permanente, que pueda cambiar para decir que hay algo distinto, pero en el fondo, sigue siendo la misma cosa. Una cosa que damos por sentado o sentada, y lo único que cambia es la silla.

Me gustaría transformarme. Convertirme en algún tipo de animal con superpoderes. Pero, cuando lo pienso, no sé qué haría con ellos. Seguramente sería un desperdicio que la naturaleza gastara sus energías para darme superpoderes, así como es un desperdicio que me dé esta pantalla, esta casa, estas palabras. Y soy tan egoísta que sólo puedo pensar en  mi transformación, en como voy a escaparme del tedio. Pero es que la segunda persona plural es tan complicada...

Todas las personas son complicadas. Yo soy una persona. Por lo tanto soy complicada. 

Y soy una persona joven. Alguien que se puede tragar todas las mentiras que se les ocurra inventar. Alguien a quien todavía la traicionan las ilusiones. Que tengo que tener metas y sueños, dicen. Honestamente no sé quién lo dice. Yo sueño en las noches y al día siguiente apenas si me acuerdo. 

Esto es lo que necesito descargar para dormir tranquila. Esto, sólo para confirmar mi existencia. Ya mañana pensaré, en algún momento rutinario, con palabras rutinarias, lo que conviene decir para salvar al mundo. 

domingo, 17 de marzo de 2013

.


Voy a desperdiciar letras y palabras porque ya no me caben. Voy a desgastar el arsenal de verbos que aún me quedan. Dejar de ocultarme entre todas las cosas que no he dicho, que no entiendo, que no sé...

A pesar del desperdicio, del desgaste y de los silencios, hay cosas que aún puedo decir. Aún puedo explicar cómo tiemblo ante la posibilidad de salir a la luz y dejar que las palabras sean mi espejo. O mejor, que sean mi espada para desafiar al mundo.

No es fácil desenvainarla y atacar. Hay tantos ojos y oídos allá afuera esperando para devorarme. Pero no hay vuelta atrás, voy a salir y defenderme. 

domingo, 27 de enero de 2013

Domingo


El problema de replicar la cosmogonía en la vida cotidiana es que tenemos que crear un mundo cada siete días y quién puede con eso. Lo difícil es que ahora ya no se trata de separar el día de la noche, ni de crear animales y plantas. Se trata de crear palabras adecuadas para cada situación, de crear acciones que sean correspondientes con los ideales que decimos tener. Claro, ya no podemos darnos el lujo de crear mundos desde cero, totalmente en blanco, tal vez eso sería demasiado para nuestras capacidades. Pero esto de que nos den mundos predeterminados con todo y manual es terrible. Y he ahí la tarea: hacer como si creamos mundos originales, esforzarnos en pensar que cada vez diseñamos algo a partir de la nada; ejercer nuestro pequeño poder sobre lo que todavía no existe. 

lunes, 7 de enero de 2013

Cristal


Este es mi palacio de cristal
mi burbuja impermeable
refugio de temores y sombras.
El dolor, el deseo, la vida
se engendran en un palacio de cristal.

A veces se rompe,
y he pasado mi vida reconstruyéndolo
adornándolo, 
que siempre parezca intacto
que siempre esté lúcido y hermoso.

Este es mi palacio de cristal,
mi ventana hacia el mundo
mi caparazón hecha
con trozos de inseguridad.

Esta es mi vida insignificante
esta es mi frágil existencia
sostenida en lo más alto
de cristales en ruinas.